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23 de junio de 2020

RAMÓN MARCOTE : » El niño necesita verdaderos profesionales que le ayuden a progresar»

 #FUTBOLVERDAERO 
ENTREVISTASTiempo de lectura: 13 minutos

La figura del entrenador y el preparador físico es una pieza importante dentro de un club. Ramón Marcote es uno de esos técnicos con gran bagaje en el futbol a pesar de su juventud. El técnico gallego dejo su Galicia natal para desarrollar su trabajo por Madrid , con un paréntesis por Asia en el Kedah FA y Coruña en el Montañeros. Ha pasado por grandes clubs como el Atlético de Madrid o el AD Alcorcón, pero todo empezó por los colegios de CEE (Coruña). Hoy nos cuenta como ha sido hasta ahora su experiencia y sus conocimientos.


¿Cuándo empezó Ramón a disfrutar de los banquillos?

La verdad es que la pasión por dirigir nació muy pronto en mí. Cuando jugaba era imposible que permaneciera callado, siempre estaba hablando y organizando a los demás. Organizaba equipos y partidos con los amigos, establecía normas etc.

Cuando comencé a estudiar INEF ya lo tenía más claro todavía. Dirigir grupos, tanto en el ámbito educativo como en el deportivo era mi camino. Fue con 17 años cuando empecé a entrenar equipos en la escuela municipal de Fútbol de mi pueblo, en Cee, La Coruña (desde benjamines hasta cadetes, incluidos equipos femeninos).

Ramón en sus inicios

En el 2001, recién acabada la carrera de INEF la vida me llevó a trabajar como profesor de Educación Física para la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Fue allí donde tuve la oportunidad y enrolarme en la Escuela del Atlético de Madrid.

Ahí donde comenzó una vida dedicada al fútbol desempeñando diferentes roles, desde preparador físico, segundo entrenador, entrenador, coordinador, Supervisor, Metodología, scout etc. En el Atlético de Madrid mi techo en el campo fue el Atlético de Madrid B como ayudante técnico y preparador físico.

Luego he tenido otras experiencias en segunda división B como primer entrenador como en el Montañeros de La Coruña. En el extranjero he trabajado como primer entrenador en la Superliga de Malasia.

¿Hubo alguien que te marco el camino hacia el banquillo?

No tuve a nadie que me empujara, nadie en especial en realidad, el juego siempre estuvo dentro de mí por lo que considero que fue algo totalmente vocacional.

Como todos los niños mi sueño era llegar a ser futbolista profesional, y cuando eso ya estuvo claro que no pasaría siempre supe que trataría de conseguir continuar en este deporte desde los banquillos sin ponerme ningún límite.

De pequeño el Real Madrid de la Quinta del Buitre me enganchó definitivamente al fútbol. Aquellos jugadores, Butragueño, Martín Vázquez, Michel, … Eran de otra galaxia. Luego la llegada de Cruyff  y su estilo de juego hicieron que me enamorará de un fútbol que no habíamos visto en España. Ese fútbol que todos soñábamos jugar él lo hizo posible.

¿Cómo fueron tus primeros pasos?

Me imagino que como el de la mayoría de los que no hemos sido futbolistas de élite. Mientras continuaba jugando en categorías amateurs comencé a colaborar en la escuela municipal de mi pueblo con equipos de fútbol sala (chicas y chicos de todas las categorías), una etapa que recuerdo con especial cariño.

Recuerdo también participar como entrenador jugador en torneos 24 h, torneos de fútbol playa etc. De todo un poco. Al finalizar INEF comencé a darle otra orientación a lo de estar en los banquillos.

La primera gran oportunidad fue en la Escuela de Fútbol del Atlético de Madrid donde formé parte del equipo de preparadores físicos. Ahí realmente comenzó todo hacia el profesionalismo.

Ramón en su primera etapa en el Atlético de Madrid

¿Cómo recuerdas tu etapa de formación para el título de entrenador?

La recuerdo con mucho cariño. Los compañeros, el tiempo y experiencias compartidas tienen un valor incalculable. Los dos primeros niveles los hice en Toledo.

El nivel dos lo pude hacer aprovechando que no podía entrenar al haber sufrido una rotura tendón de Aquiles en un entrenamiento con los veteranos del Atlético de Madrid.

El nivel 3 lo hice en una primera fase en Ciudad Real y la fase intensiva en Albacete, el año que ganamos el mundial. Fue una etapa maravillosa que recuerdo con mucho cariño.

Además, son muchos los compañeros de esa promoción que están teniendo brillante carreras en el fútbol profesional y futbol base.

Ramón en otro de sus clubs de formación

¿Por qué equipos del futbol base has desarrollado tu carrera?

Atlético de Madrid: Fundamentalmente crecí como técnico en el Atlético de Madrid donde estuve en dos etapas, más de doce años allí. Escuela de Atlético de Madrid en todas las categorías base, y la Academia de Rendimiento (Cadetes, juvenil Nacional, Juvenil División de Honor, ATM 3º y 2ª B).

En el 2016 regresé al Atlético en la coordinación deportiva, en el departamento de metodología y realizando la supervisión del técnico-táctica de cadetes e infantiles y la supervisión de la preparación física del juvenil División de Honor y del segundo equipo en 2ºB.

Montañeros de la Coruña: Entrené al Juvenil Nacional y al equipo senior en 2º B.

Alcorcón SAD: dos temporadas en 3º división.

¿Cómo valoras tu etapa en el futbol base?

Lo que he vivido es algo impagable. Además, en mi caso lo he podido vivir principalmente en el futbol base profesional en un gran club. Para mí no solo fue un verdadero máster futbolístico que complementó mi formación universitaria, sino que,además fue un máster de vida.

Toni Muñoz y Carlos Cascallana me dieron la oportunidad en el Atlético de Madrid y les estaré eternamente agradecido. Luego vino todo lo demás.

He podido dirigir a grandes futbolistas (Roberto Jiménez, De egea, Oliver Torres, Manquillo, Rubén Pérez, Ignacio Camacho, Lucas Hernández, Saúl, Chema Rodríguez etc.), jugadores de altísimo nivel hoy en día.

Es un orgullo verlos triunfar y sentir que de alguna manera en algo he contribuido para que esos niños hayan cumplido su sueño. He podido dirigir jugadores de todas las nacionalidades y culturas, he trabajado con reconocidos profesionales (Tony Muñoz, Carlos Cascallana, José María Amorrortu etc.) he trabajado con grandes compañeros, hoy en día técnicos muy reconocidos, y he viajado por multitud de países.

Un sueño hecho realidad que conlleva al mismo tiempo mucho trabajo y responsabilidad.

El futbol base me ha permitido conocer lo mejor y lo peor de este deporte, lo mejor y lo peor de las personas que están dentro y de las que están por fuera. Pero al final está el fútbol, el futbolista y tu trabajo, que para mí, es lo verdaderamente importante. El futbol de verdad.

Ramón durante un entrenamiento

Al trabajar en diferentes clubs como el Atlético de Madrid o AD Alcorcón ¿Ves que hay diferencia a la hora de valorar esta etapa del futbol base?

El futbol base del Atlético de Madrid está muy consolidado desde hace muchos años. Su dimensión siempre le ha permitido ser el segundo o el primer equipo en poder elegir jugadores (en la pelea con el Real Madrid), además siempre ha tenido recursos más que suficientes para reclutar jugadores nacionales e internacionales que aumentaban la competencia y la exigencia para el jugador.

Los objetivos siempre estuvieron muy claros, formar jugadores para llegar al fútbol profesional (para el propio club o para su venta). Reclutamiento de jugadores de primer nivel y formación de primer nivel para llegar a la élite.

En mi etapa en el Alcorcón, aunque ya el club ya estaba en segunda división, todavía era un club en crecimiento y desarrollo. En nuestro primer año profesionalizamos el segundo equipo, y las categorías inferiores estaban intentando consolidarse en los mejores niveles competitivos.

La idea era la misma que en el Atlético de Madrid, formar jugadores que pudieran progresar hasta el primer equipo, la diferencia es que en el Alcorcón todo estaba aún por construir. Menor potencial el jugador, menos infraestructuras, menos equipamiento, etc., un plan de formación todavía en definición.

Muchas dificultades a la hora de reclutar jugadores para el fútbol base, ya que por aquel entonces otros clubes como Rayo Vallecano, y Getafe además de Real Madrid y Atlético estaban siempre muy por delante y eran preferenciales para los jóvenes talentos.

Por decirlo de alguna manera el Alcorcón tenía que esperar a ver que es lo que hacían los demás. Es verdad que en aquella época el club estaba totalmente centrado en consolidar al Alcorcón en la liga profesional. Ahora ha crecido y está mejor posicionado en el fútbol base. 

¿Qué es para Ramón lo más importante de esta etapa?

El niño y sus particularidades y la profesionalidad del club. El niño necesita verdaderos profesionales que le ayuden a progresar. Pensar en él, no olvidarse de que a pesar de las habilidades que pueda tener no deja de ser un niño.

Debemos hacerle sentir que el fútbol sigue siendo un juego, y potenciar todos los valores del propio juego. Esto será la mejor herramienta de adherencia. Si lo hacemos feliz y si progresa permanecerá y persistirá.

Somos los responsables de que ame el fútbol y seremos los culpables si deja de hacerlo. Si lo ama, pondrá pasión en lo que hace y si pone pasión dará lo mejor de si mismo siempre.

Estaremos contribuyendo no solo a formar un futbolista, estaremos contribuyendo a formar una persona con valores, con fortaleza y con sensibilidad para la sociedad.

Desde el punto de los técnicos debemos ser capaces de ver más allá del presente, ser capaces de identificar el potencial del niño, contribuir a desarrollarlo y no evaluar únicamente por el nivel de rendimiento actual. Desarrollar su potencial de acuerdo a su momento evolutivo y madurativo, no apresurarnos demasiado, tener paciencia con él. 

Ramón con el Atlético de Madrid

¿Cómo ve la preparación física en los clubs por donde has pasado?

Como comentaba anteriormente en el Atlético de Madrid todo estaba más consolidado. El departamento de preparación física tenía un modelo claro que evolucionaba año a año. Fuimos de las primeras canteras en tener un preparador físico por equipo y de los primeros en instaurar la figura del Readaptador Deportivo.

Los grandes cambios aparecían con la alternancia en la dirección deportiva. Según las “creencias y mitos” de cada director deportivo la preparación física adquiría más o menos protagonismo.

El fútbol necesita la preparación física, no es posible obviarla (proteger y retrasar la aparición de la lesión y aumentar el rendimiento son dos de las razones de peso). El como hacerlo es lo que puede ser discutido, aunque en España parece que ya estamos empezando a superar esta problemática.

En el Alcorcón el modelo metodológico estaba en proceso de construcción por lo que cada preparador físico tenía libertad para desarrollar su modelo bajo la supervisión de la coordinación.

Mi estancia en Asía fue la más impactante para mí desde el punto de vista de la preparación física. Siguen utilizando modelos muy descontextualizados, no tienen en cuenta los esfuerzos específicos del juego y el control de las cargas brilla por su ausencia. La llegada a estos países de preparadores físicos europeos está cambiando esta situación.

¿Cómo fue el paso al futbol senior?

Un paso natural. En aquella época en la cantera del Atlético de Madrid promocionar sucedía por decisión de club, por promoción del cuerpo técnico o por la solicitud de un técnico de un equipo superior. Después de 3 temporadas en el club tuve la oportunidad de unirme al segundo filial en la tercera división madrileña.

Luego ya llegó el primer filial en segunda B. Dentro del Atlético de Madrid, el único gran cambio fue la mayor repercusión mediática del filial en segunda B y la proximidad con el primer equipo. En la temporada 2006-07 establecimos un contacto muy cercano con Javier Aguirre y su cuerpo técnico.

El resto era prácticamente todo igual dado que el 80% de la plantilla eran jugadores con los que habíamos trabajado en etapas anteriores. La dinámica de una cantera suele ser similar en todas las etapas hasta el equipo filial.

El gran impacto para mí sucedió cuando tuve la oportunidad de dirigir al Montañeros de la Coruña en segunda B. Un Club pequeño, con una organización y recursos muy básicos en una situación económica y deportiva muy complicada y con una plantilla con jugadores que en algún caso me superaba en edad y que muchos de ellos habían tenido un muy buen recorrido en el fútbol profesional.

Este tipo de contexto era totalmente nuevo para mí. Todo un reto con 35 años, un verdadero aprendizaje. Puedo decir que fue la primera vez que realmente sentí la presión de la responsabilidad de la posición, dado que era consciente de todos aquellos jugadores, muchos de ellos en el ocaso de su carrera se jugaban muchas cosas. Fue difícil pero apasionante. Guardo un gran recuerdo de todo lo que viví en aquel equipo.

Las temporadas en el filial de Alcorcón seguían la tónica del filial de Atlético. Jugadores jóvenes, con grandes sueños y con ganas de trabajar.
Las dos temporadas en Asia fueron una gran experiencia de vida y un reto profesional.

Ganar un campeonato en otro país, competir con 95000 personas en el estadio y sentir la presión de todo un país cuando las cosan no van del todo bien son experiencias que te enriquecen y te fortalecen para cuando llegue el próximo reto.

Ramón en su etapa en el AD Alcorcón

 ¿En qué proyecto está embarcado actualmente Ramón?

Ahora mismo y desde mi último regreso de Asia me tome un año para pasar más tiempo con mis niños y la familia. Al mismo tiempo estoy intentando finalizar la Tesis Doctoral (se me resiste, no es fácil encontrar tiempo).

Sigo buscando un nuevo proyecto en el que trabajar, Futbol base o profesional, siempre abierto a todo. Mientras tanto he retomado mi labor como docente.

 ¿En qué basa Ramón sus entrenamientos?

Cuando es posible intento construir un equipo protagonista, un equipo que tenga la iniciativa, un equipo ofensivo pero que domine lo mejor posible todos los momentos del juego.

Ser versátil y ser capaz de adaptarse al club y a las características de los jugadores que tienes considero que es fundamental.

En el entrenamiento soy cercano, pero al mismo tiempo trato de ser exigente e intenso. Intento generar en el jugador la presión que puede encontrarse en el juego. Crearles experiencias exigentes en el entrenamiento que provoquen un recuerdo que el jugador pueda rescatar en competición para dar solución a una situación de juego.

Mi metodología está influenciada por diferentes modelos, como el modelo estructurado y la periodización táctica pero también incluye trabajos específicos individuales, preparación física integrada y contextualizada y también trabajos condicionales analíticos de compensación o refuerzo.

Considero que cada metodología puede ayudar al equipo y al jugador en el momento oportuno y en la dosis adecuada.

Ramón junto a dos integrantes del Kedah FA

¿Crees que la psicología es un punto importante tanto en el futbol base como en el senior?

La figura del psicólogo deportivo está ya totalmente instaurada en el futbol profesional senior y de base. En el fútbol profesional es una herramienta de gran ayuda para el entrenador a la hora de gestionar presiones, situaciones clave, reconducción de comportamientos y actitudes etc. Para el jugador un gran recurso a nivel personal y deportivo.

El Psicólogo deportivo debe atender y ayudar al jugador a nivel individual, al jugador dentro del grupo, al grupo y al técnico en relación a todos ellos. El propio día a día dictará los momentos de intervención y las propias necesidades. Todos deben percibir que estará ahí cuando sientan la necesidad de recurrir a él.

En el futbol base de élite es una figura fundamental. En mi opinión, cada club, cada escuela de fútbol debería tener un departamento de psicología deportiva o al menos la figura del psicólogo deportivo, especialista en fútbol.

Yo he tenido la oportunidad de trabajar en dos etapas en el Atlético de Madrid, más de 12 años allí, en todas las categorías, desde benjamín hasta el segundo equipo y me ha dado tiempo a vivir experiencias de todo tipo. El equipo de psicólogos era fundamental, su trabajo diario era encomiable, no solo con los jugadores, sino con los entrenadores.

No debemos de olvidarnos de que los jugadores siguen siendo niños y lo más importante debería ser que sigan mejorando, a la par que disfrutando y amando el fútbol, lo que es totalmente compatible con competir y en algunos casos ganar (sobre todo cuando estás en un club de élite); son muchos los que se olvidan de esta parte (aunque la mencionan con un micrófono delante).

Estoy seguro de que muchos chicos no hubieran progresado si no hubiera sido por ese gran equipo de psicólogos. En un gran club, las dificultades que deben afrontar los niños desde muy pequeños son de gran envergadura. Están expuestos a altas exigencias y presiones, (de los propios clubes, de los entrenadores, de los padres, de los agentes deportivos, de los amigos…), las expectativas siempre son altas a nivel deportivo, en algunas ocasiones el “futuro” familiar depende de la progresión del chico etc.

Además, no debemos olvidar que los niños siguen teniendo las responsabilidades de todos los niños, responder académicamente. A todo esto, debemos añadir que, como todas las personas, sufren dificultades familiares o tragedias de algún tipo, pero en su escenario particular todo se magnifica por la auto-presión, por la presión de los demás, por la exigencia propia y externa por las propias expectativas y por las expectativas de los otros.

Es un ambiente más difícil de gestionar de lo que nos pudiera parecer. La exigencia de pertenecer a un club profesional es así de alta, los modelos de selección, formación y criba son como son (aunque afortunadamente van cambiando poco a poco).

En el fútbol base de clubes amateurs la realidad no es muy distinta. Los chicos siguen enfrentándose a situaciones similares “a veces magnificada” por las exigencias y comportamientos de los padres y por técnicos y/o dirigentes que, aunque aún poniendo toda su disponibilidad y su buena intención carecen de la formación necesaria para garantizar un correcto desarrollo psico-socio-afectivo, deportivo y futbolístico del niño. (Afortunadamente en el fútbol amateur son cada vez más los dirigentes y técnicos con buena formación).


Debemos recordar la paradoja de la pasta de dientes “cuando el tubo de pasta está lleno, independientemente de donde oprimas saldrá crema, cuando está casi vacío la cuestión cambia, es necesario apretar en lugar adecuado para que salga esa crema”. Solo la formación te dice donde apretar. Se necesita profesionales que sepan donde apretar.

Esto está sucediendo en muchos casos en el futbol base, muchos niños-jugadores mejoran “per sé”, a pesar de la mala intervención con ellos. Esto es así porque “hagas lo que hagas con ellos”, van a mejorar. El problema es que en este proceso “a ciegas” se está hipotecando la progresión y el futuro del niño al no respetar los principios del entrenamiento y los procesos de formación futbolística.

¿Qué objetivos tienes a corto plazo?

Como te comentaba desde mi regreso de Asia no he encontrado un proyecto al que unirme, pero estoy deseando hacerlo. Mi perfil abarca diferentes funciones y estoy abierto a todas ellas.

España es bastante complicado sobre todo para tomar la decisión de cambiar de ciudad con una familia detrás. Pero la pasión por este deporte es tan grande que espero que llegue una buena oportunidad muy pronto.

Asia siempre es una opción, mis dos años en Malasia fueron sin duda la mejor experiencia de mi vida por lo que no me importaría volver a un país que me trató muy bien.

¿Qué es para Ramón el Futbolverdadero?

Para mí el fútbol verdadero es el que nace de la pasión, en el que se pone todo el corazón y que desborda de ilusión. El fútbol verdadero es aquel que te emociona, independientemente de si es profesional o amateur, de formación o de ocio.

El fútbol verdadero es aquel en el que no importa el nombre de los jugadores, ni el nombre del equipo ni el lugar donde se juega. El fútbol verdadero es aquel en el que lo que importa es el juego. El fútbol es fútbol en cualquier sitio, solo es necesario amar el juego y disfrutar de cada segundo.

El fútbol más verdadero que yo recuerdo haber vivido fueron los partidos del recreo en el cole. Dos piedras eran las porterías, cada jugador era “arbitro” (respetado), cada equipo tenía un líder, un jugador al que proteger y un honor que defender. Cada partido era la final de la copa del mundo, y cada día estabas deseando que llegasen esos 30 minutos, los minutos más importantes del día.

Ramón siendo entrevistado en el Kedah FA

Ramón Marcote Pequeño.
Entrenador de Fútbol Uefa Pro.
Preparador Físico de Fútbol. 

Siguele en Twitter :@marcote8 Instagram : @marcote8

15 de octubre de 2019

RAMÓN MARCOTE EN KEDAH

Entrevista en www.futboldebanquillo.com/maleta-y-futbol-ramon-marcote-en-kedah/?v=04c19fa1e772

MALETA Y FÚTBOL: RAMÓN MARCOTE EN KEDAH

Mi nombre es Ramón Marcote y os contaré brevemente mis dos últimas experiencias profesionales en Sungai Petani y en Alor SetarMalasia. En 2015 como Assistant Coach and Head of Fitness Department durante la Liga y Head Coach en la Copa y en 2018 como Head Coach, en ambas ocasiones trabajando para el mismo club, el Kedah Football Association que compite en la Malaysia Superleague.

Anteriormente, trabaje en clubes como el Atlético de Madrid y el Alcorcón. Para el Atlético de Madrid trabajé en dos etapas, la última en la temporada 2016-17 en la Coordinación Deportiva, concretamente en el Departamento de Metodología, Supervisión y Formación.

El fútbol siempre ha sido mi pasión y desde pequeño, como la mayoría, soñaba con ser futbolista profesional, pero, muy a mi pesar, mi techo como jugador se redujo a un breve paso por la Tercera División.

Como el deporte era mi hábitat natural siempre tuve claro que mi vida estaría ligada al él por eso tomé la decisión de estudiar INEF en la Universidad de la Coruña; y como el fútbol era mi pasión, tan pronto me fue posible inicié los cursos de entrenador hasta obtener la Licencia Uefa Pro de Entrenador.

Comencé mi vida laboral como Profesor de Educación Física en Madrid, pero tan pronto tuve la oportunidad me enganché en el fútbol, ahora ya desde el otro lado de la línea blanca. Comencé como preparador físico en las categorías inferiores del Atlético de Madrid y poco a poco fui progresando hasta llegar al segundo equipo del Atlético. Más de una década en un club al que le estaré eternamente agradecido por acogerme y por ayudarme a crecer como persona y como profesional.  Pertenecer a un club tan importante como el Atlético de Madrid me animó a continuar mi formación y alimentó el sueño de hacer de mi pasión mi profesión.

Para mi, la formación y la pasión son los pilares de todo. Si pones pasión en lo que haces, si eres consistente, persistente, si estás formado y si además eres una persona con la inquietud de actualizar permanentemente tus conocimientos, entonces, será muy posible que cuando te llegue la oportunidad que estás buscando puedas aprovecharla. Yo trato de mantenerme actualizado para tratar de aprovechar todas las oportunidades que me puedan llegar, poniendo en mi tarea toda la pasión que pueda.  De cada experiencia profesional trato de aprovechar también la experiencia personal que supone, la experiencia de vida que me aporta. Todo nos ayuda a crecer como personas y como profesionales.

En Malasia tuve la oportunidad de trabajar en dos etapas diferentes para el Kedah Fa. En la temporada 2015 y en la 2018. Este club, Kedah Football Association, es un club de prestigio en el país que venía de una etapa de varios años anclado en la Segunda División (Malaysia Premier League). Como todos los Clubes de Asia, este club está altamente influenciado por modelo de fútbol inglés, principalmente porque Malasia ha sido una colonia inglesa hasta no hace muchos años, es por eso que el fútbol inglés es el mas seguido por el aficionado malayo.

En este país es difícil encontrar algún club con una filosofía, modelo o estilo de juego definido, en este sentido el país todavía esta en crecimiento. En esta misma situación se encontraba el club para el que yo trabajé. Como todos los Clubes profesionales de este país, viven pendiente del resultado inmediato y no prestan mucha atención al proceso. Las inversiones que hacen en jugadores y/o técnicos extranjeros deben traducirse rápidamente en buenos resultados, si no es así “los proyectos” tienen una fecha de caducidad temprana.

2015 fue una temporada extraordinaria para nosotros. Ganamos el campeonato de Segunda División (Malaysia Premier League), lo que nos dio el deseado ascenso a la Malaysia Superleague. La guinda del pastel fue jugar la final de la copa de Malasia (Piala Malaysia), lo que tuvo una gran repercusión en el país ya que en el trayecto a la final eliminamos a muchos de los mejores equipos del País.

Con mi llegada al club, mi tarea inicial pasaba por convencer a mis superiores de tratar de establecer unas directrices claras de cómo podíamos hacer las cosas, tratar de definir una filosofía, un modelo, un estilo que nos marcara el camino a seguir y así poder implantar una metodología de trabajo. Poco a poco a poco se fue avanzando hasta conseguir implantar un estilo y un modelo de trabajo que se aproximó, salvando las distancias, al estilo que durante la última década ha identificado al fútbol español. El juego combinativo, el dominio del juego posicional, la posesión de balón y la presión alta tras perdida eran algunas de características identificativas que tratamos de implantar (totalmente opuesto al fútbol directo que el equipo venía practicando). El modelo dio resultados (campeón de segunda división, 1 copa de malasia, 1 Fa Cup) y el club lo adoptó como estilo propio al menos hasta el final de la temporada 2018, momento en el que salí del club.

En 2018 se inicia mi segunda etapa en el club.  Mi posición fue la Head Coach. En esta ocasión volví en un momento complicado en el país, elecciones generales en el país y elecciones en cada Estado. Los resultados de las elecciones influirían de manera determinante en los clubes, ya que un cambio de gobierno supondría un cambio en todas Direcciones de los clubes ya que son equipos gubernamentales los que gestionan los clubes.

La tarea desde el principio no fue fácil. A excepción de la posibilidad de incorporar a dos jugadores extranjeros, el resto de la plantilla y cuerpo técnico ya estaban cerrados. En países como Malasia no es fácil que te permitan tomar grandes decisiones en cuanto a la plantilla y tampoco en cuento al cuerpo técnico con el quieres trabajar. Tienes que adaptarte y gestionar lo que te ofrecen o lo que allí te encuentras. En esta última temporada únicamente pude participar en la contratación de dos jugadores. El cuerpo técnico era el ya existente, formado por un un Preparador Físico brasileño que hizo un buen trabajo (diferente a como yo entiendo el trabajo de preparación física, pero en líneas generales hizo un buen trabajo). Contaba además con dos Asistentes y Preparador de porteros locales  de los que había que sacar el máximo rendimiento (su conocimiento del campeonato, del idioma, de los jugadores, de la cultura y de otras muchas particularidades era esencial para la toma de decisiones en el día a día). Su implicación en el día a día otorgándoles responsabilidades y el hacerles ver que su aportación era realmente importante ayudaban a mantener un clima óptimo de trabajo.

En el Área médica y de fisioterapia contábamos con un Traumatólogo externo que nos agilizaba las valoraciones y los tratamientos de los jugadores ya que trabajaba en el mejor hospital del Estado de Kedah.  Contábamos también con dos Fisioterapeutas locales que llevaban el peso de la recuperación de los lesionados.

La experiencia de mi etapa previa en el país, el conocimiento adquirido acerca de las costumbres, cultura y obligaciones religiosas, además del conocimiento que ya tenía de las particularidades del calendario de competición y de los rivales me ayudó a prepararme para afrontar la segunda etapa en Malasia.

La organización del trabajo era totalmente semanal, no había posibilidad de programar a más largo plazo. La semana de trabajo siempre estaba condicionada y supeditada a las contingencias que nos íbamos encontrando.

Cada semana intentábamos realizar al menos una reunión semanal (en ocasiones conseguimos que fuesen tres) para ajustar el microciclo de trabajo, ajustar roles, asignar tareas y funciones, etc. No era una tarea fácil ya que programar actividades, reuniones, etc. que estuvieran fuera del horario habitual de entrenamiento era algo que estaba fuera de lo que estaban acostumbrados, estaba fuera de sus rutinas, por lo que para no romper el equilibrio del ecosistema había que organizarlas de manera cuidadosa.

Las condiciones de entrenamiento fueron mejorando lentamente en el club. En 2015, trabajábamos en un campo de césped artificial en cambio en 2018 el club pudo acceder a un terreno de juego de césped natural muy aceptable. El equipamiento deportivo siempre ha sido muy básico (más o menos el que nos podemos encontrar habitualmente en un club de Tercera o Segunda B españolas). También teníamos la posibilidad de acceder a una piscina abierta para realizar trabajos de recuperación y rehabilitación y a un gimnasio público para realizar el trabajo de fuerza general.

El horario de entrenamiento estaba muy condicionado por el clima, por las obligaciones religiosas de los locales, y en día previo a partido como visitante, por los vuelos disponibles a destino. Los entrenamientos matutinos eran muy temprano, 7.30 o 8:30 de la mañana (a partir de las 10:30 de la mañana el calor y la humedad imposibilitaban la realización de entrenamientos de intensidad y de calidad). Los entrenamientos Vespertinos se ajustaban a las obligaciones religiosas de los locales, normalmente el entrenamiento se desarrollaba a las 17:30 de la tarde, momento en día en el que empieza a descender la temperatura. Excepcionalmente, durante el mes de Ramadán, se realizaban entrenamientos a las 9 de la noche, para que los jugadores pudieran alimentarse e hidratarse antes del comienzo del entreno.

 

La semana tipo o semana habitual de trabajo solía ser: (semana de baja densidad competitiva- 1 solo partido)

  • Lunes: LIBRE O ENTRENAMIENTO DE TARDE
  • Martes: ENTRENO DE TARDE
  • Miércoles: ENTRENO DE TARDE
  • Jueves: ENTRENO DE MAÑANA
  • Viernes: PARTIDO CASA
  • Sábado: ENTRENO DE MAÑANA/RECUPERACIÓN
  • Domingo: LIBRE

Los partidos como visitante necesitaban una planificación cuidadosa. Todos los desplazamientos se realizaban en avión. La duración de los viajes a priori no era un problema (entre 2h-3h), pero la realidad era muy distinta. La climatología del país sufre cambios bruscos e inesperados por lo que en ocasiones los viajes se alargaban hasta las 5-7 horas por retrasos, tormentas, tránsitos, etc. Esto influía mucho en la planificación del último entrenamiento semanal. Al principio optamos por entrenar en la ciudad destino, pero finalmente y cuando era posible optamos por hacer un entrenamiento matutino el día previo al partido antes de tomar el vuelo a la ciudad destino.

En alguna ocasión propusimos viajar el mismo día de partido ya que la duración del vuelo no era más de 1h30´. Nunca fue posible dado que el riesgo de no llegar a tiempo a la ciudad destino para disputar el partido era algo insalvable.

Un hándicap importante que nos encontrábamos en la competición fue que el calendario de competición nunca era definitivo, sino que sufría variaciones importantes a lo largo del año en función de los diferentes acontecimientos que podían ocurrir en el país y que provocaban “breaks” de mayor o menor duración en la competición. El calendario tenía muchos momentos de alta densidad competitiva con varias semanas consecutivas de partidos cada 3 días. Recuerdo un periodo en el que disputamos siete partidos en 23 días. Las competiciones que se juegan simultáneamente son la Liga y la FA Cup. Al finalizar éstas, comienza la Copa de Malasia.

La realidad es que mi llegada a Malasia supuso un choque importante con respecto a todo lo que había vivido hasta entonces en el fútbol. Mi carrera profesional se había desarrollado durante mas de 10 años en el Atlético de Madrid en un ambiente muy organizado y en unas condiciones de trabajo diario envidiables, donde el club te lo daba prácticamente todo, donde cada uno tiene claro cual era su rol y su función y donde la responsabilidad de cada uno es inequívoca.

En Malasia la responsabilidad de aportar orden en el día a día recae sobre el entrenador, las posiciones intermedias no están establecidas, lo que supone un desgaste enorme. Toda la organización, y todas las últimas decisiones, en cualquier área (medica, viajes, relación con los medios, etc.) recaen sobre el entrenador.

A nivel personal también fueron cambios muy bruscos, el clima, la gastronomía, el estilo de vida… todo era diferente y necesité un periodo considerable para adaptarme a la nueva situación. No fue fácil. En las dos ocasiones que tomé la decisión de aceptar la oferta de este club asiático me fui solo, sin ningún compañero, sin mi familia, mi mujer y mis hijos se quedaron en España. La primera vez porque tomé está decisión porque no sabía lo que me podía encontrar  allí y la segunda porque ya sabía lo que había (la misma inseguridad y la misma incertidumbre  que puede tener un entrenador en España.).

El trabajo en el fútbol nunca es estable, pero en Asia he tenido que sensación de que mucho menos. La presión es alta, las exigencias máximas y la paciencia muy poca. Los clubes esperan mucho de los extranjeros (jugadores y entrenadores) y no tienen paciencia para evaluar el proceso, el trabajo, solo ven y esperan los resultados inmediatos y si éstos no llegan los proyectos titubean a las primeras de cambio. Es por eso que tomar la decisión de trasladar a la familia a un lugar tan lejano no era una opción al principio, al menos hasta ver como iban saliendo las cosas. Esta fue nuestra decisión y creemos que fue la más acertada en las dos ocasiones. Fue un momento duro para todos nosotros, ya que fue mucho tiempo sin estar juntos y sin compartir muchas cosas con tus hijos pequeños. Hoy en día la tecnología nos hace sobrellevar estas situaciones mucho mejor gracias a la multitud de posibilidades de comunicación de que contamos como las videoconferencias. En la medida de la posible conseguimos que mi familia visitase el país en varias ocasiones lo que también fue una gran experiencia para ellos. Cosas buenas que te deja el fútbol. Durante el primer año todo fue un poco más fácil porque yo pude viajar a España hasta en 4 ocasiones por esos largos parones competitivos de los que hablaba anteriormente.

Mi vida en Malasia era muy sencilla. En el estado de Kedah todavía hay una vida bastante tradicional, sin mucha actividad.

Preparar el trabajo diario, dirigir los entrenamientos, atender a los medios y los requerimientos oficiales del club (reuniones y actos) eran mis obligaciones. Tenía unas rutinas personales básicas (desayuno en el Starbucks, comida en el barrio chino siempre en el mismo restaurante “Carpe Diem”, practicar ejercicio en el gimnasio o participar en partidos de exjugadores o de asociaciones a los que era invitado. Un par de veces a la semana solía ir al cine para perfeccionar el inglés y también un par de días a la semana acudía al barrio chino donde había un par de locales donde era agradable disfrutar de una cerveza fría en un país con un clima tan cálido y húmedo (lo que no es fácil en Kedah por su condición de estado musulmán).

Cuando teníamos algún día libre trataba de hacer algo de turismo, pero normalmente había trabajo que hacer o eventos a los que acudir.

Una experiencia increíble, inolvidable y que repetiría sin dudarlo.

 

Muchas gracias Ramón!

@Marcote8

#maletayfútbolFdB

#maletayfútbolRamónMarcote